Jueves 30 de Enero de 2025.- En Chile, las pymes representan el 98% del tejido empresarial y son el motor principal para la economía. Sin embargo, cifras recientes revelan que el 37% de estas empresas fracasan antes de consolidarse. ¿Uno de los factores clave detrás de esta estadística? Las malas decisiones en el proceso de contratación.
Si una pyme contrata al candidato equivocado, los costos pueden ser altos: desde pérdidas económicas directas, como gastos en reclutamiento y despidos, hasta consecuencias más duraderas, como la disminución de la productividad, generación de problemas para el clima laboral, e incluso daños en la reputación de la empresa. En un contexto donde los recursos son limitados, una mala contratación puede ser el tiro de gracia para la sostenibilidad del negocio.
A continuación, revisaremos algunas de las principales problemáticas a las que se pueden enfrentar las pymes en Chile debido a una mala contratación:
Costo del reemplazo: Según diversos estudios, el proceso de reemplazar a un empleado puede alcanzar al menos el 30% del salario anual correspondiente a esa posición. Este cálculo no solo incluye el gasto directo en actividades como reclutamiento, selección y capacitación, sino también otros costos indirectos.
Pérdida de productividad: Cuando una contratación resulta ser incorrecta, las repercusiones se extienden más allá del nuevo trabajador, pues se puede traducir en retrasos en proyectos, una disminución general en la eficiencia del equipo y la aparición de costos adicionales derivados de errores o trabajos que requieren ser corregidos. Estas situaciones generan un impacto negativo en un entorno donde, al haber poco personal, cada recurso es valioso.
Impacto en la moral y el clima laboral: La integración de un empleado que no cuenta con las competencias necesarias o que demuestra una actitud desmotivada puede convertirse en un obstáculo para la armonía del equipo, derivando en fricciones internas que disminuyen el entusiasmo y la motivación del resto de los trabajadores, debido a la sensación de incertidumbre.
Desgaste del liderazgo: En el caso particular de las pequeñas y medianas empresas en Chile, los dueños o líderes suelen asumir múltiples roles para mantener la operación diaria. Ante una contratación inadecuada, se ven obligados a redirigir su tiempo y energía para gestionar problemas relacionados con el desempeño deficiente o la actitud poco profesional del empleado. Esto no sólo afecta su capacidad de concentración en tareas estratégicas, sino que también incrementa su carga de trabajo y nivel de estrés.
Impacto en la reputación: Una contratación fallida puede repercutir directamente en la percepción que los clientes, socios comerciales e incluso competidores tienen de la empresa, factor crítico cuando el empleado en cuestión interactúa directamente con los clientes o representa a la organización en espacios externos. La calidad del servicio o el producto puede deteriorarse, lo que afecta la confianza y credibilidad.
Pérdida de oportunidades: Mientras la empresa destina recursos, tiempo y atención a resolver los efectos de una contratación fallida, es probable que deje pasar oportunidades clave para su crecimiento; desde el desarrollo de nuevos proyectos y la implementación de ideas innovadoras, hasta la posibilidad de cerrar acuerdos estratégicos. Esta pérdida de enfoque puede tener un impacto significativo en la proyección y competitividad de la empresa.
Aspectos legales y contractuales: En Chile, la legislación laboral es estricta y compleja, lo que añade una capa de dificultad cuando se trata de gestionar despidos relacionados con contrataciones inadecuadas. En estos casos, las empresas se enfrentan a riesgos financieros derivados de posibles indemnizaciones o conflictos legales. En este contexto, Chile se posiciona como uno de los países con indemnizaciones más altas, por ejemplo, a un trabajador con 10 años de antigüedad le corresponde un total de 43,3 semanas de salario, triplicando el promedio de la OCDE y situándose junto a economías como Corea del Sur, Israel y Turquía.
Si bien sólo algunos de estos elementos son económicos directos, todos juntos pueden generar una bola de nieve que lleva a la pyme a ser inviable. Sin embargo, para mitigar estos efectos, es crucial que las pymes inviertan en procesos de selección más rigurosos y utilicen herramientas modernas como evaluaciones por competencias o tecnologías de verificación de datos.
Esto también aplica para la validación de las referencias laborales, para lo que se recomienda tomar la iniciativa de contactar directamente a las empresas anteriores de los candidatos, para obtener una evaluación más precisa de su desempeño.
“Contar con procesos de selección rigurosos, como los certificados automatizados de Cualiffy, garantiza decisiones informadas, basadas en datos reales y verificables. Esto no solo protege a las empresas de un error costoso, sino que también contribuye a su crecimiento y sostenibilidad en el tiempo, además de generar mayor confianza entre el postulante y la empresa, incluso antes de iniciar la relación laboral”, comentó Yael Sescovich, Managing Partner de Fourt Management Solutions.
A través de sus dos certificados (Plus y Advance), Cualiffy permite validar toda la información que el empleador quiere saber sobre el postulante, siempre asegurándose de que ésta se obtiene desde fuentes estatales como la AFC, el SII, la Defensoría Penal Pública, el Poder Judicial y el Registro Civil.
“En Cualiffy entendemos que para una pyme una mala contratación no es sólo un error, es un riesgo que puede comprometer toda su operación. Por eso, ayudamos a las empresas a tomar decisiones informadas con certificados automatizados y datos verificados, para que cada contratación sea una inversión segura, y no un costo innecesario”, señaló Andrés Rosenkranz, CEO de Cualiffy.
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