Domingo 16 de Junio de 2024.- De acuerdo con el Artículo 2 de la Ley 21.430, publicada en marzo del 2022, sobre Garantías Y Protección Integral De Los Derechos De La Niñez Y Adolescencia, la familia se define como “grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, en especial de los niños, niñas y adolescentes, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la sociedad”.
En esa línea, es que nuestro Servicio difunde, especialmente, durante este mes la importancia de ser una Familia de Acogida.
Lamentablemente, en Atacama no contamos con un “Banco de Familias” y aún no hemos logrado instalar la cultura del acogimiento. Esto parece una paradoja, pues somos una región que cuenta con una población flotante muy alta, es decir, acogemos a quienes vienen a trabajar y se van, pero con nuestra infancia estamos en deuda.
No contar con Familias de Acogida, significa que en el caso de que un tribunal determiné que, mediante una medida de protección para un niño, niña o adolescente, no pueda permanecer en su familia de origen debido al contexto de desprotección detectado, deberán esperar en una residencia, el proceso de reunificación familiar o la susceptibilidad de adopción. Esto, es justamente lo contrario de lo que buscamos: si bien hoy en día las residencias tienen un enfoque familiar, no se compara con el cariño y protección que puede entregar una familia.
Existe desconocimiento, miedo, aprehensiones y dudas, lo que es válido. No obstante, estas situaciones impiden que se le puedan abrir las puertas a un niño, niña o adolescente, pues a ratos se ignora lo más importante: aceptar tener el cuidado temporal, ser el tránsito hacia la familia definitiva de un niño o una niña. Su principal beneficio es restituir el derecho a la vida en familia, así como también proporcionar afecto, estimulación, apego y cuidados.
Esta semana conocí el testimonio de Oriana, quien recibió a una lactante de 4 meses. Al consultarle por qué quiso ser Familia de Acogida, dijo “trabajo en un jardín infantil, ahí veo el abandono y desamparo en que viven algunos niños”, ésto despertó sus ganas de acoger. Cuenta que lo más importante es querer entregar amor, de ahí en adelante, todo es voluntad y ganas. Es así como al cabo de un mes, esa lactante pasó de tener un diagnóstico de desapego emocional a recibir el alta del porque sus niveles de estimulación habían aumentado considerablemente. Agradece el apoyo familiar y de sus amistades, quienes la han llenado de amor. Aunque sabe que llegará el momento en que deberá entregarla y reconoce que será difícil, confía en que se va a ir con una nueva familia o con su familia de origen y que recibirá el mismo amor que ella y su red de apoyo le han entregado.
¿No sabes cómo hacerte parte? La invitación está abierta, www.servicioproteccion.gob.cl, sólo debes ser mayor de edad, no tener antecedentes penales y no estar inhabilitado para trabajar con lactantes, niños, niñas y adolescentes. No es necesario estar casado, ni tener hijos.
Escrito por César Guzmán Díaz, Director Regional del Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia. Dirección Regional de Atacama
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