COMENTARIO | "No hay que perderse: para hablar de la ciudad, hay que vivir la ciudad" (por Juan Manuel Cáceres, Concejal de Copiapó)

Jueves 19 de Enero de 2023.-  En la semana nos enteramos de lo que piensa sobre el actual concejo municipal el Senador Prohens. No puedo sino estar en desacuerdo. La voluntad de querer mejorar la calidad de vida de la ciudad se ha mantenido por parte de esta concejalía que no ha dado pie atrás en denunciar y hacer patente los sentires y preocupaciones de la población. 

Es fácil hablar cuando uno no anda en colectivo, cuando no tiene que atenderse en el CESFAM, ni  hacer la vida común y corriente de un ciudadano de la ciudad que se critica. Hay que tener harta personalidad, sobre todo considerando que él fue concejal y con el mismo alcalde, y no  podemos hablar de avances significativos. 

No podemos separar el apellido Prohens del monocultivo de uva que tanto daño ha provocado a la región. Lo invito a que se venga a vivir a los sectores altos y que conozca de verdad lo que es no tener agua. 

Ya lo manifesté en un medio regional y lo reitero: sus palabras confirman nuevamente su lejanía con la ciudadanía. Habla desde el centralismo, un pensamiento que nos tiene muy ahogados. En resumen, se refiere a las gestiones de la ciudad que le da su sueldo pero que no conoce.

De paso conmino a todas las autoridades regionales a no desprenderse de la realidad que viven los y las ciudadanas de Copiapó. Estamos llenos de basura en las calles, con un transporte público deficiente y caro, calles que se anegan habitualmente; pero vemos cómo señores como el Senador finalmente capitalizan votos a partir de lanzar frases de cosas que no viven. 

Hoy debemos como copiapinas y copiapinos exigir que se esté a la altura. Debemos tomar medidas que mejoren la calidad de vida, y en eso es donde vemos que no hay una conexión ni voluntad de mejorar y eso pasa directamente por la administración, pero también por la voluntad política de querer mejorar. Y en eso nosotros no nos perdemos, recorremos las calles y vivimos como un ciudadano más. No vivimos como un ciudadano ajeno.