
La nueva normalidad ha traído consigo un retroceso cuasi obligatorio en nuestros cambios de hábitos, empujando el uso intensivo de plásticos y materiales de una sola vida (desechables) con la intención de minimizar las probabilidades de contagios. Volvemos a ver el plástico ahora en la elaboración de mascarillas, pantallas protectoras y todo tipo de artículos que nos protejan del virus, y comienzan a ser más visibles en el comercio, la creciente industria del delivery, e incluso en el mar.
Esto, sumado a la pausa forzosa que ha debido asumir la industria del reciclaje, el cierre de puntos limpios, una evidente restricción para los recolectores de base, y el consecuente aumento de nuestra basura que ahora vuelve a vertederos, han dado un golpe bajo al esfuerzo gigantesco público-privado del último tiempo por promover una economía y procesos más circulares, packaging sostenible y productos cada vez más reutilizables.
Es urgente el llamado a la autoridad, las empresas y las personas a no bajar los brazos frente a esta plastipandemia, y proyectar una reactivación sostenible que siga avanzando en la gestión de nuestros residuos, promueva el consumo sostenible, apoye la innovación y el uso de materiales biodegradables, reactive el reciclaje, impulse una economía y estilos de vida más circulares, y se sume al llamado del Papa Francisco, en su recién inaugurado año del cuidado de la Casa Común, y al de muchos líderes a nivel mundial, a re pensar con altura de miras y sostenibilidad, la vida que queremos vivir post pandemia.
Escrito por : Pablo Vidal, desde Voces Católicas
Fuente : http://vocescatolicas.cl/columna-pablo-vidal-plastipandemia/
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