Jueves 26 de Diciembre de 2019.- Una comunidad de suelos fue descubierta en el desierto de Atacama, escondida entre la espesa niebla de la camanchaca costera que cubre sectores del Parque Nacional Pan de Azúcar, éstas desarrollaron la capacidad de fotosintetizar usando menos de la mitad del agua que usan otras costras en el suelo del desierto, según informa el reciente hallazgo del proyecto “Biocrusts” que saldrá publicada en la edición de enero de la revista científica Geobiology.
“Biocrusts” es un subproyecto de la iniciativa denominada EarthShape, programa prioritario alemán-chileno, patrocinado por la Fundación Alemana para la Investigación Científica e incluye un consorcio de 14 proyectos interdisciplinarios, donde participan 60 investigadores alemanes y 20 chilenos de diversas disciplinas científicas e incluye a geocientíficos y biólogos
“Durante nuestra investigación que se llevó a cabo principalmente en el Parque Nacional Pan de Azúcar descubrimos una especie de liquen que es nueva para la ciencia. La especie está ahora oficialmente descrita y nombrada en honor a la Conaf (Acarospora conafii)”, relata el doctor Patrick Jung experto del proyecto Biocrusts.
“También encontramos una nueva especie de cianobacterias que será descrita y publicada a principios de 2020. Además de esto, ya estamos al tanto de más especies de líquenes y cianobacterias que son nuevas para la ciencia. Lo interesante de esto”, agrega Jung, “es que hay una gran posibilidad de que estas nuevas especies sean endémicas. Esto significa que podrían estar exclusivamente en el Parque Nacional Pan de Azúcar y en áreas costeras comparables en el desierto de Atacama”.
“Una tragedia si estos organismos desaparecieran”
Según describe el informe final del proyecto, en una zona conocida comúnmente como Las Lomitas, existe una biocenosis de cobertura de suelo compuestas por un conjunto diverso de líquenes, cianobacterias, algas, hongos y otras bacterias que cubren gran parte del paisaje del parque nacional, unidas a cuarzos de granito. Esta cobertura se conoce como suelo criptogámico. Estas comunidades responden a cada evento de niebla con actividad fotosintética y por lo tanto se les considera como el “aliento del desierto”.
Pero existe una fragilidad, según explica Patrick Jung, “esta biocenosis no sólo cubre las pequeñas piedras en estas áreas, sino que también las une como una llamada biocorteza. ¡Una biocenosis comparable no existe en la Tierra y acabamos de descubrirla ahora! Es bien sabido para los líquenes que muchos de ellos desaparecen si la contaminación del aire aumenta en una zona. Necesitan aire limpio, de lo contrario mueren”.
El científico explica que otro factor puede ser la acumulación de polvo que producen los coches que circulan a gran velocidad. “El polvo se acumula en los organismos y éstos mueren porque ya no pueden captar la luz del sol que necesitan urgentemente para la fotosíntesis. Además, el pisoteo por los turistas o el ganado es perjudicial para los líquenes y los organismos de la corteza porque destruye sus estructuras. Se sabe que todas estas reacciones ocurren rápidamente y sería una tragedia si estos organismos desaparecieran antes de que siquiera empezáramos a entenderlos”, afirma.
Cambio climático y colonización espacial
Los principales descubrimientos en esta área están aún por comenzar, según explica Jung, algunas especies encontradas en esta biocorteza ya han sido probadas para sobrevivir a las condiciones marcianas simuladas por otros científicos. “Esto significa que pueden sobrevivir a condiciones naturales extremas, pero, por otro lado, todavía es imposible para los científicos cultivar líquenes bajo condiciones artificiales en un laboratorio”, señala.
“Ahora que sabemos que el área está masivamente colonizada por organismos fotosintéticos, también sabemos que esta área juega un papel importante para la fijación global de carbono que debe ser considerada para los escenarios de cambio climático”, destaca Patrick, y agrega que “también demostramos que los organismos están fuertemente adaptados a condiciones extremas y se puede especular si estos organismos son candidatos a la colonización extraterrestre en el futuro”.
Proyecto Earthshape y el punto de partida
El proyecto EarthShape desafía el modelo de la geociencia, de que los procesos de la superficie de la Tierra están controlados principalmente por el clima (a través de la erosión) y de las fuerzas tectónicas (a través de la formación de montañas). Los estudios buscan fortalecer la hipótesis de que la tierra y la biosfera interactúan en la formación de los distintos relieves con que cuenta la superficie terrestre.
Jorge Carabantes, jefe del departamento de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf en Atacama señaló que “este proyecto viene a instalar un nuevo concepto en relación a la conservación de la naturaleza, la que no solo se debe limitar a la flora y fauna nativa en general, sino que a comenzar a considerar a aquellos elementos bióticos que quizás no sean fáciles de percibir en el medio pero que están presentes como eslabones importante del ecosistema”.
“El conocimiento del terreno por parte de los guardaparques sumado al ojo científico y el conocimiento de los investigadores, resultó clave para el éxito y desarrollo de la investigación, lo que ha permitido obtener resultados que benefician a ambas partes y colaboran en la protección del parque nacional”, agregó Carabantes.
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