Miércoles 26 de Julio de 2017.- Con la presencia del presidente de la Excelentísima Corte Suprema, Hugo Dolmestch, el ministro del máximo tribunal Lamberto Cisternas y el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Campos, se desarrolló la ceremonia de conmemoración del 40º aniversario de la instalación de la Corte de Apelaciones de Copiapó, actividad que tuvo lugar en el Teatro Municipal de la ciudad ante unos 350 invitados.
En el evento –que también contó con la participación de los diputados de la región Alberto Robles, Lautaro Carmona y Yasna Provoste y la intendenta Alexandra Núñez- el presidente del tribunal de alzada copiapino, Antonio Ulloa, recordó los orígenes de la corte, cuyo proyecto se gestó gracias al impulso de abogados de la región como Daniel Rojas Hidalgo, Segundo Casas Valdivia, Víctor Acuña Ponce, Carlos Zalaquett Issa, Juan Bruzzone, Eduardo Cabrera Cortés y Alejandro Moreno Prohens.
Del mismo modo, destacó el trabajo legislativo del ex diputado por Atacama Raúl Barrionuevo, uno férreo defensor de la idea de contar con un tribunal superior en la entonces provincia de Atacama, proceso que tuvo su culminación el 1 de julio de 1973, cuando se promulgó la ley que dio origen a la corte copiapina.
“Tuvieron que pasar cuatro años para que se concretara la instalación de la corte, que se realizó el 29 de julio de 1977, en uno de los edificios de la Villa El Alba, en Avenida Henríquez, con doña Sofía Bermedo como su primera presidenta, don Hernán Álvarez García, don Federico Pizarro Contador, don Andrés Díaz Cruzat y don Hugo Olate Vásquez como ministros”, aseveró.
El presidente Ulloa proyectó, asimismo, el trabajo del Poder Judicial como un servicio público que debe ofrecer un trabajo de calidad, de cara a la comunidad y en sintonía con los tiempos, a fin de contribuir efectivamente a la paz social con la resolución de conflictos que se suscitan en la sociedad.
En tanto, el presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, resaltó el llamado del presidente Antonio Ulloa de dar especial relevancia a las actividades de interacción con la comunidad, “contribuyendo así a la resolución de conflictos y la paz social, precisando la necesidad de fortalecer el respeto entre el mundo civil, las personas y las autoridades, concebida como base de nuestra democracia, con el fin de aumentar el pluralismo y la tolerancia, respetando las diferencias de pensamiento”.
En ese sentido, destacó el hecho de que lo planteado por el ministro Ulloa se da en un momento muy especial “sobre todo si consideramos el actual clima que pesa en nuestra sociedad, de desconfianza y lejanía recíproca, generador de un verdadero cortocircuito entre las autoridades y la comunidad, impone el desafío de mostrar nuestro trabajo a los usuarios, y de generar el necesario vínculo para su entendimiento, para alimentar la conciencia de las personas acerca de sus derechos y la concientización sobre el importante rol que implica el servicio público de entregar justicia”.
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