Martes 02 de Junio de 2015.- Fue un espacio de reencuentros, de reflexión y en el cual los cerca de 40 dirigentes provenientes de diferentes organizaciones sociales y vecinales de toda la región de Atacama, desde una visión ciudadana, evaluaron cómo enfrentó el ámbito de la salud regional el fenómeno climático que la afectó a Atacama y cómo se ha desarrollado el proceso de normalización en las comunas afectadas.
Luego de un saludo realizado por la directora del Servicio de Salud de Atacama, Dra. Sonia Ibaceta, en la cual alentó a los presentes “a aportar con sus liderazgos para hacer a sus organizaciones parte de la reconstrucción de la región, con aportes y el convencimiento que el evento que afectó a la región, servirá para mejorar en diferentes ámbitos”, los diferentes representantes de Consejos de Desarrollo de Cesfam, gremios de la salud, Uniones de Adultos Mayores, Uniones y Juntas vecinales, representantes de la UDA y de Consejos Consultivos de Hospitales, entre otros, comenzaron a reflexionar, debatir y opinar sobre diferentes experiencias vivenciadas durante la emergencia y las debilidades y fortalezas del aparataje público de la salud en las horas iniciales del evento.
Luego de una ronda de testimonios de las diversas situaciones vividas y experimentadas por la emergencia, los presentes pidieron a la Dirección del Servicio de Salud mejorar en algunos planos como potenciar el trabajo de duplas sicosociales en las diferentes comunidades afectadas; también que se pueda ver la factibilidad de que se logre considerar la opinión de la comunidad en el proceso de reconstrucción de algunos recintos de salud siniestrados, y mejorar los protocolos de los establecimientos en situaciones de emergencia, entre otros.
Asimismo, y en un plano más general, los representantes de la sociedad civil mostraron su preocupación por lo que ha sido el proceso de regularización de agua potable en algunas zonas de la región, especialmente en la Provincia de Chañaral, y la manera en que se está avanzando para que las ciudades afectada puedan normalizar aspectos claves de su calidad de vida como la neutralización del polvo en suspensión y la normalización pleno del sistema de alcantarillado, entre otros.
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