5 sept 2014

CHILE NO LOS OLVIDA : La Masacre del Seguro Obrero

Viernes 05 de Septiembre de 2014.-  Las elecciones presidenciales de 1938 estaban ad portas. La disputa presidencial a tres bandas aseguraba la victoria de Gustavo Ross Santa María, candidato de la derecha, ya que reunía el 50% de los votos, habiendo acumulado además, una cuantiosa caja para "gratificar" electores, a través del tradicional vicio del cohecho. Mientras tanto, la popularidad de Pedro Aguirre Cerda, candidato del izquierdista Frente Popular, crecía aceleradamente, y Carlos Ibáñez del Campo, era apoyado por un heterogéneo pero poderoso movimiento popular, entre ellos, el Movimiento Nacional Socialista (MNS), de tendencia nazi, cuyo líder era el abogado Jorge González von Mareés. Pero esta división de ambas candidaturas no hacía sino confiar en el fácil triunfo de Gustavo Ross.

González von Mareés creía que el gobierno de Arturo Alessandri no iba a permitir elecciones libres. Planeó un golpe de Estado para hacerse con el poder y asegurar así comicios limpios.

El proyecto consultaba un golpe de Estado en dos fases:

- El MNS se apoderaría de dos puntos claves de Santiago: la Universidad de Chile y el edificio del Seguro Obrero (actual Ministerio de Justicia), ubicado a 20 metros del Palacio de La Moneda.
- Estos actos serían el pretexto para la intervención militar, el cual "restauraría el orden", entregando el poder a Carlos Ibáñez.
Aparentemente, Ibáñez estaba de acuerdo, aunque no llegaba a fijar la fecha del golpe. Según Ibáñez, los contactos con el Ejército se realizaban a través de un ex coronel, Caupolicán Clavel.

Mientras el día de las elecciones se acercaban, Ibáñez no se pronunciaba aún. Impaciente con las vacilaciones de su candidato, González von Mareés decidió precipitar los acontecimientos utilizando las aguerridas "tropas de asalto" nacistas, y arrastrando así a las unidades militares contactadas por Clavel.

El 5 de septiembre, al mediodía, unos 80 jóvenes nacionalsocialistas, empleados y universitarios de clase media, se apoderaron de la Casa Central de la Universidad de Chile, y de la torre del Seguro Obrero. González von Mareés dirigía toda la operación por radio, desde una casa distante.

En Palacio estaba el Presidente Alessandri, quien preso de gran agitación -era el aniversario del golpe que lo derribó en 1924-, ordenó al General Director de Carabineros, Humberto Arriagada, que liquide el "putsch" nacista antes de las 16 horas; de lo contrario, llamaría al Ejército para que lo hiciese. Arriagada dirigió personalmente la operación e intercambió disparos con los nacistas del Seguro desde la puerta de La Moneda.

El Ejército, mientras tanto, prestaba una pieza de artillería para derribar el gran portón de la Universidad, cerrado y trancado por sus ocupantes. Abierto a cañonazos, algunos murieron en la refriega, pero el grueso fue apresado. Marcharon a pie, en columna, con los brazos arriba, custodiados por carabineros, por calle Morandé hacia el norte, rumbo a los cuarteles de Investigaciones, en Mapocho. Pero cuando rebasaron calle Agustinas, se dio contraorden: regresar e ingresar al edificio del Seguro Obrero.
Hubo negociaciones con los nacistas de la torre, a través de los capturados de la Universidad, quienes sirvieron de "escudos humanos", logrando su rendición y desarme.

Inmediatamente todos, 63 jóvenes, serían brutalmente asesinados. Sólo dos se salvaron, fingiéndose muertos bajo la montaña de cadáveres.

Ibáñez, en tanto, se entregaba en la Escuela de Infantería de San Bernardo, liquidando cualquier posibilidad de participación militar en el complot.

Las responsabilidades del crimen han quedado oscuras. La justicia identificó a los oficiales que dentro del edificio dieron la orden de matar. Ellos decían haberla recibido del general Arriagada, quien lo negaba.

Una supuesta responsabilidad de Alessandri, en cuanto a haber dado la orden no había sido probada; el fantasma del Seguro Obrero lo perseguiría hasta su muerte.

La prensa reflejó la inverosímil versión oficial del primer momento: "Nacistas fueron muertos por sus propios compañeros", titulaba el Diario Ilustrado. Más cauta, La Segunda se limitó a dar cuenta de lo que iba sabiendo... "Fracasó conato de revuelta. Grupos armados asaltan Caja de Seguro y la Universidad".

Los acontecimientos del 5 de septiembre desarmaron la expectativa, casi total, del triunfo de Gustavo Ross Santa María. La candidatura de Ibáñez desapareció, dando libertad amplia a sus partidarios para votar por la candidatura de Pedro Aguirre Cerda. Vengaban así, de paso, sus muertos en el Seguro Obrero.



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