17 may 2014

#QUESESEPA. Todo el escándalo que rodea a la Universidad ARCIS.

Sábado 17 de Mayo de 2014.- Una carta de renuncia dirigida al presidente del directorio de la Corporación de la Universidad de Arte y Ciencias Sociales, Arcis, Claudio Lara, con copia a la máxima autoridad de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), Matko Koljatic, fue la alerta pública de una disputa interna que se viene arrastrando desde mediados de 2013 en esa casa de estudios.

En ella, el ex académico y ex secretario del directorio de Arcis, Mauricio Weibel, comunicó su dimisión al cargo con fecha 10 de abril. Por esos días, lo propio habían hecho otros seis directivos de la entidad.

La copia de la misiva a la CNA estuvo lejos de ser casual: la casa de estudios por esos días debía iniciar su proceso de acreditación y, entre las razones de su alejamiento, Weibel denunció una serie de irregularidades, tales como la negación en la entrega de actas oficiales y “errores mayúsculos” en el manejo de las finanzas de la universidad, los que -según él- se reflejaban en un déficit operacional de $ 3.500 millones anuales.

La información del ex directivo pone en riesgo el proceso mismo de acreditación de la Arcis, que permite, entre otros beneficios, el ingreso a la casa de estudios de recursos fiscales a través del Crédito con Aval del Estado.

Los fondos son considerados clave para el funcionamiento de esa universidad y para obtenerlos debe cumplir una serie de requisitos, entre ellos, la viabilidad de su proyecto educativo y la solvencia financiera para poder desarrollarlo.

La denuncia de Weibel -de la que en la propia CNA reconocieron haber tomado nota- también tuvo el efecto de alertar al Ministerio de Educación, que ya solicitó a la Arcis antecedentes e información acerca de su estado financiero e institucional.

La situación de la casa de estudios genera fuerte preocupación, no sólo en el Mineduc -donde se teme un nuevo escándalo, como el generado por la quiebra de la Universidad del Mar, ante un colapso financiero de la Arcis-, sino también en el oficialismo, donde se comienzan a cerrar filas en torno a la reforma educacional y no se olvida que sólo en diciembre de 2013 se produjo la desvinculación del Partido Comunista de ese establecimiento.

La situación financiera de la Arcis fue el principal tema del discurso de inauguración del rector René Leal, el pasado 23 de abril.

Frente a profesores, alumnos y administrativos, Leal negó que la universidad fuera “inviable” económicamente. Sin embargo, reconoció que el momento financiero es “complejo, pero superable” mientras toda la comunidad “hiciera la pega”.

Consultado sobre su misiva, en tanto, Weibel señaló a Reportajes que, “renuncié a la universidad porque observé y fui víctima de una serie de irregularidades que no me parecieron. Dejé todo por escrito en la carta ante el directorio de esa institución, de la cual dejé copia certificada ante notario en la Comisión Nacional de Acreditación, como respaldo, porque no tenía certeza de que quedara en acta”.

Las crisis financieras han sido un fantasma permanente en la historia de la Arcis. En 2004, la universidad tuvo que vender las sedes ubicadas en calles Huérfanos y Riquelme, para superar un duro problema de finanzas. El comprador fue la inmobiliaria Libertad S.A., propiedad de Ediciones Ical Ltda., el Instituto de Ciencias Alejandro Liptchutz (ONG Ical) y la sociedad Inversiones Salvador S.A., todas asociadas al PC. Poco tiempo después ingresó a esa inmobiliaria Nazareno S.A., del ex GAP Max Marambio.

Los movimientos, sin embargo, no mejoraron la situación. En los años consecutivos, la debacle financiera se agravó y, en 2012, Marambio vendió su parte y el PC tomó el control total de la propiedad de la universidad.

Las finanzas hicieron crisis una vez más en agosto de 2013. Un informe de una auditoría externa -encargada por la propia universidad- reveló que la Arcis mantenía una deuda bancaria por casi $ 5 mil millones y otros $ 4.500 millones por servicios educacionales, a raíz de un convenio realizado con estudiantes de Venezuela.

El documento,  agrega, además, que a esa fecha la Arcis carecía de un sistema integrado de información y gestión, situación que complicó el trabajo de auditoría de la empresa.

Con esos antecedentes y asumiendo que era muy complicado mejorar la situación financiera, la alternativa que tomó fuerza entre los directivos fue vender el establecimiento o hacer convenios con otras casas de estudios superiores. Según fuentes de la Arcis, en esa línea se hizo ofertas a la Utem, la Universidad Central y a los grupos educativos Norte Sur y Linares.

Todos rechazaron las tratativas. Sin embargo, con la Universidad de Santiago, Usach, se estuvo a punto de concretar un acuerdo, pero la institución dirigida por Juan Manuel Zolezzi también declinó la oferta.

Durante esos días, en plena campaña presidencial, el PC ya preparaba su salida de la Arcis, luego de las críticas al interior de la colectividad por el conflicto de interés que suponía participar de una universidad privada y llegar a La Moneda. Juan Andrés Lagos y Jorge Insunza, miembros del PC que pertenecían al directorio de la corporación, dejaron definitivamente la Arcis en diciembre de 2013, dando paso a una renovación casi completa del directorio del establecimiento.

Al ser consultado por el actual estado financiero de la universidad, el rector René Leal señaló que es “imposible” que el establecimiento esté quebrado.

Los balances financieros correspondientes al año 2013 fijan el déficit operacional de la universidad en $ 1.549 millones, una cifra distinta a la denunciada por Weibel ante la CNA.

“Acá hay una campaña del terror en contra de la Universidad Arcis, producto de un conflicto de visiones estratégicas de para qué sirve esta casa de estudios”, explicó Leal, quien poco después confirmó a Reportajes el retraso en el pago de los sueldos de los profesores correspondientes a abril.

La ola de renuncias en el directorio de la Arcis -sumada a la carta denuncia de Weibel- inquietó a la CNA. A ello se agregaba que el propio organismo de acreditación comenzó a recibir llamados de estudiantes de la Arcis, quienes expresaban su inquietud respecto del futuro de la universidad.

La Arcis está acreditada hasta el 28 de noviembre de 2014, fecha en la cual se dará a conocer si se aprueba su acreditación por dos años más.

El proceso se inició formalmente a principios de mes y ha concentrado buena parte del trabajo de los directivos de la universidad en las últimas semanas.

El anterior proceso había sido complejo. Si bien en enero de 2013 la Arcis logró la acreditación de algunas de sus carreras, la resolución 191 de la CNA había alertado una situación de “estrechez y fragilidad económico-financiera que requiere esfuerzos para su consolidación y equilibrio”. El mismo organismo dejó constancia en ese informe de que la cartera de deudas del establecimiento de educación superior presenta “un alto nivel de morosidad”.

En la Arcis, la mayoría de las carreras de pedagogía están acreditadas hasta el 2015 y el 2016. Aunque existen carreras que tienen una acreditación vigente sólo hasta noviembre de este año.

Para contrarrestar la misiva de Weibel a la CNA, el propio rector Leal entregó, el miércoles 30, a la presidencia del organismo, una carta con sus descargos a la que adjuntó los balances de 2012 y 2013. “La información de Weibel es incorrecta, sesgada y descontextualizada (...) es falso absolutamente que exista el déficit operacional que allí se señala”, se lee en el texto.

Algunos de los siete directivos que dejaron en abril la universidad sumaron, además, fuertes cuestionamientos a Leal, a quien acusan de agudizar el déficit financiero desde que asumió la conducción del establecimiento, en julio de 2013.

El rector fue acusado en noviembre pasado por los hoy ex directivos de usar la tarjeta asignada por la universidad para pagar el gas de su casa, hacer compras en un supermercado y realizar giros en cajeros automáticos en el extranjero.

Leal reconoció  esos pagos -con excepción del relativo al supermercado-, pero sostuvo que estaba autorizado por el entonces vicerrector Juan Aramayo, a quien se solicitó en abril la renuncia, generando una ola de dimisiones en el directorio. Además, aseguró que los dineros fueron reembolsados.

El 21 de marzo pasado, el rector entregó al directorio sus descargos e insistió en que las acusaciones en su contra están enmarcadas en una “campaña del terror en contra de la universidad”.

La situación universitaria, en todo caso, se ha enrarecido más allá del tema financiero. Ex miembros del directorio acusan que en los últimos meses no se cumplieron los estatutos legales que regulan las reuniones de la directiva de la corporación y que, incluso, se falsificaron actas del directorio.

(Informa : Reportajes, del Diario La Tercera  - Fotografía : Twitter @eldesconcierto)



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