Miércoles 09 de Octubre de 2013.- A un mes del término del programa de estimulación e inducción de precipitaciones 2013, las cifras de acumulación de agua en las cuencas hidrográficas de Copiapó y Huasco son alentadoras. Tras 50 horas de vuelos de siembra efectivos en los frentes invernales, se estima que los múltiples bombardeos produjeron un aumento de un 15% en el total de milímetros de agua y nieve caídos, lo que sin duda aumenta el optimismo de agricultores y regantes de la región. El Intendente Rafael Prohens analizó el desarrollo del plan, asegurando que le gustaría que la siembra de nubes se transforme en una política de Gobierno Regional en un futuro cercano.
El Plan de Estimulación de Precipitaciones de Atacama se implementó por segundo año consecutivo en la región y el 15 de septiembre se cerró su período 2013. Durante la etapa de invierno continental, a empresa realizó 24 vuelos, de los cuales 21 fueron efectivos de siembra, utilizándose 19.540 kg de nucleante, completando un total de 50 horas de vuelo.
De las precipitaciones acumuladas a la fecha en la cuenca de Copiapó se registran 24 mm, de los cuales 3.6 mm son atribuidos a la siembra de nubes. En la cuenca del Huasco se acumularon 32 mm, calculando 4.8 mm producto del programa. En los embalses de la región también se notó un aumento importante. Es el caso del Santa Juana que registró 3.1 mm extras tras el paso de los aviones, estimando alrededor de 1.460.000 [m3] de agua almacenada. Con esa cantidad se puede regar aproximándome en el Huasco unas 120 hectáreas agrícolas. Dado que una hectárea requiere al año unos 10.000 [m3] aproximadamente.
El Intendente Prohens hizo un análisis de la temporada de siembra de nubes, destacando los resultados, pero advirtiendo que quedan cosas por mejorar. “Nuestra historia en Atacama hace que este programa sea de mucha confianza para nosotros. Sabemos que estamos abocados solo a una parte y que tenemos que incrementarlo en el tiempo, no solamente haciéndolo todos los años, sino también a ir mejorando las condiciones para bombardear nubes. Estamos dependiendo mucho del avión, del piloto y del contratista. Lo normal sería que nosotros tuviésemos bajo nuestro control el centro meteorológico, los radares, los meteorólogos y que sean ellos los que den la instrucción de cuando vuela el avión o cuando se bombardean las nubes desde tierra que son los dos mecanismos que existen”.
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