Comentario de Aldo Ortiz Pardo. "Sancto Sanctorum"

Jueves 01 de Noviembre de 2012.- Algunas veces en mi paso por esta tierra, pienso en algunas personas, que como caracoles, usan sus caparazones para emitir juicios de valor sobre otros sin más argumento que su propia mediocridad y poder de influencia sobre otros. Aunque el poder de influencia es un tanto subjetivo de medición, sucede que las consecuencias son un tanto obvias, y en el ambiente ocurre una predisposición tan pesada como el filo de una espada que pende sobre el cuello del atacado, y tan liviana bajo sus pies que pareciera que estuviera siempre pisando vidrios.

La Capilla del Sancto Sanctorum tiene muchos de estos especímenes inmortalizados y grabados en verdaderos vitrales dignos del más portentoso de los artistas plásticos, quien supo dibujar una imagen completamente distinta a la representación real de quienes son verdaderos objetos y artilugios de veneración por parte de sus fieles, y cuyas frasesones - muy a menudo lejos del canon moral - encuentran eco y son caldo de cultivo en una sociedad cada vez más permeable al relativismo y cada vez más impermeable a la simple lógica de quienes transitan fuera de sus imponentes muros.

El hecho fundamental es que para ganar un puesto en Sancto Sanctorum exige, total y absoluta falta de tino, prescindencia de conocimientos (es decir, mientras más vulgar se es, puedes conseguir hasta un altar). Pero toda Iglesia como todas, necesita un Líder, un Pontífice entre su "doctrina" destructiva y sus adormiladamente mentalmente imposibilitados fieles, y su Líder debe ser, evidentemente, irrespetuoso, como asi los llamados "irreverentes". No perderse las recepciones sociales y pretender ser el foco de atención de ellas. Evitar entre todas las cosas la teoría de "causa y efecto" (todas las cosas del futuro ocurren por necedades del pasado), sino reescribir incluso contra la poca voluntad de quien es víctima del lavado de cerebro metadoctrinario su propio código moral. Lo bueno ya no lo es y lo malo y reprobable pasa a ser el Nuevo Bien. Es decir, una vez más, la Verdad encarnada en las personas es desoída y reemplazada por la Media Verdad escrita por los apóstoles del Sancto Sanctorum.

Esta realidad será reemplazada cuando todos a una puedan privilegiar el conocimiento y la propia identidad de su misma tierra y no prestar oidos a doctrinas o razonamientos que sólo buscan socavar a personas o a sociedades. Todos ellos, desfilarán muertas sus consciencias delante de quienes predicaron siempre la justicia y el darse por entero por quienes aman, muchas veces, recibiendo sólo indiferencia gracias a la nefasta influencia del Sancto Sanctorum.